Pese a la inexistencia de un censo oficial de buceadores profesionales, se estima que en nuestro país hay entre 800 y 2.800 buzos. Y aunque es un deporte de gran belleza y que requiere de una serie de conocimientos y precauciones para practicarlo de manera segura, puede causar problemas orofaciales, en su mayoría relacionados con los cambios de presión
El verano es sinónimo de playa y cada vez más, de deportes acuáticos. En los últimos años los “valientes” que se han atrevido a practicar deportes como el esquí acuático, el kitesurf, el piragüismo o el remo, han aumentado exponencialmente. Sin embargo, uno de los que más popularidad goza es el buceo que, pese a la inexistencia de un censo oficial de buceadores profesionales, se estima que oscilan entre los 800 y los 2.800 en nuestro país. Y aunque es un deporte de gran belleza y que requiere de una serie de conocimientos y precauciones para practicarlo de manera segura, puede causar problemas orofaciales, en su mayoría relacionados con los cambios de presión. Un problema que ha ido cobrando importancia en los últimos años al producirse un aumento de las patologías bucodentales relacionadas directamente con la práctica de este deporte.
Para evaluar la prevalencia de estos problemas y analizar el comportamiento de los buzos civiles en base a su prevención dental, se realizó, en Francia, un estudio transversal titulado “Barodontalgia y barotrauma dental entre buceadores”, que fue publicado en mayo de este mismo año.
La encuesta, distribuida de octubre a diciembre de 2020, analizó las respuestas de 1.015 buzos franceses, mayores de 18 años, a través de un cuestionario en línea a nivel nacional en el que los participantes, miembros de la Federación Francesa de Deportes Subacuáticos, indicaron información sobre los problemas orofaciales experimentados durante su actividad de buceo y sus hábitos médicos preventivos.
Los resultados
Como resultado, un 25,2% de los buzos experimentó problemas bucodentales, entre los que se incluían: barodontalgia (10,8%), síndrome bucal (13,4%), dolor de encías (2,8%) y fracturas dentales causadas por barotrauma (3,7%) o golpes (1,9%). El síndrome bucal fue más frecuente entre las mujeres (18,6%) y los buzos con edades entre 18 y 34 años (18,9%). Por otro lado, la prevalencia de fracturas dentales aumentó significativamente con la edad. Un nivel alto de buceo se asoció con barodontalgias más frecuentes (17,5%), dolor de encías (7%) y barotrauma (7,6%). Entre los encuestados, el 43,5% completó un examen dental antes de una temporada de buceo y mostró menos problemas bucales durante su práctica de buceo que aquellos que no lo hicieron.
En conclusión, los problemas orales en el buceo son frecuentes y pueden comprometer la seguridad de los buzos. Sin embargo, a pesar de la creciente conciencia, existe una gran falta de recurso al dentista, lo que conduce a información incompleta, especialmente en lo que respecta a los medios preventivos disponibles para los buceadores.